La ilusión de más de 3000 participantes que hicieron parte del Campeonato Mundial Interuniversitario (WIUC), realizado en Barcelona del pasado 9 al 13 de noviembre, se ve reflejada en la experiencia de Capucine Collache, una estudiante de 23 años de edad que participó en la disciplina de Baloncesto, representando a la Universidad IESEG Paris.
“¡Hay muchas emociones para describir cómo nos sentimos en esta competencia! Yo diría que la primera es ilusión, saber que fuimos parte de esta gran competición estando todos juntos en Barcelona, personas de países diferentes compitiendo a un alto nivel.” Esto afirmó “Capu”, como le dicen sus amigos.
Aunque el objetivo final del campeonato es integrar a las diferentes universidades para generar nuevas redes sociales que aporten un valor agregado a la vida profesional de los participantes, no se puede olvidar que se trata de una competencia deportiva, lo cual significa un grado de exigencia alto para cada uno de los atletas.
“Hemos estado preparando esta competencia desde principios de septiembre, el equipo ha estado practicando 2 veces por semana con nuestro entrenador, Allan. Al principio, necesitábamos conocernos y aprender a jugar juntos, solo tuvimos una competencia este año antes del WIUC.”
Fue un campeonato multideportivo donde los participantes disfrutaron cada momento de la ciudad, de sus competencias y del equipo. “Hubo mucha alegría y buenos momentos, porque en equipo fuimos juntos al restaurante, fiestas y estuvimos en el mismo hotel, etc. Creó mucha cohesión ya que no siempre tenemos la oportunidad de ir de viaje juntos.”
Algunos se preguntarán, ¿cómo fue el día a día de los estudiantes durante el campeonato?
“Por lo general, teníamos un partido bastante temprano en la mañana, por lo que nos despertábamos de 2 a 3 horas antes. Nos daba tiempo para desayunar, arreglarnos y llegar al gimnasio 1 hora antes de nuestro juego. En el gimnasio, veíamos jugar a los otros equipos y apoyamos a algunos. Luego, llegaba nuestro tiempo para jugar.”
Si bien es una integración universitaria, toda la organización del evento estuvo diseñada para que se aprovechara cada segundo del día. “Teníamos aproximadamente 5 minutos para calentar en la cancha, por lo que generalmente empezábamos a calentar antes de eso, en el costado del campo. Los juegos fueron duros, muy físicos y agresivos, ¡pero eso es competencia! Después del partido, nos quedábamos un poco y mirábamos a los demás, luego salíamos a almorzar.”
Aunque el Campeonato Mundial Interuniversitario no es un evento abierto al público, las mismas delegaciones se apoyaban y creaban un ambiente espectacular de júbilo en las gradas, donde estaban esperando para luego entrar en competencia.
“Por lo general, gente de nuestra universidad nos animó, lo cual fue muy agradable. A veces, íbamos todos juntos con el equipo de baloncesto masculino de nuestra universidad. Había mucha solidaridad entre nosotros. Después del almuerzo, volvíamos lentamente al gimnasio y nos preparábamos para nuestro juego de la tarde, mientras hacíamos la digestión. Un par de horas más tarde, estábamos de vuelta en la cancha corriendo por la pelota. Generalmente, después de nuestro segundo juego, íbamos al gimnasio principal donde había eventos o animaciones. Después de eso íbamos a cenar, y luego volvíamos al hotel. Por lo general, estábamos muy cansados al final del día, ya que terminábamos tarde.”
En el segundo día de competencia las actividades no terminaron con la puesta del sol, porque llegada la noche tuvieron una fiesta privada donde pudieron compartir y disfrutar de este momento memorable en sus vidas.
“El tercer día de competencia no teníamos juegos, salimos a una discoteca, lo organizaba el WIUC. Fue muy divertido estar de fiesta con todos los atletas que compitieron con nosotros durante el día. Fue una buena oportunidad para pasar el rato con otras personas.”
Pero como nada en la vida dura para siempre, el evento llegó a su fin el día 13 de noviembre y los participantes partieron a sus países exhaustos pero llenos de recuerdos para compartir por el resto de sus vidas. “Creo que fue una experiencia increíble. El último día, cuando todos regresaron a sus respectivos países, estaba triste porque todo había terminado. Me lo pasé muy bien con mi equipo, fue muy divertido. Ojalá hubiéramos ganado algo, pero da aún más motivación para el próximo año.”
El trabajo realizado por el InterUniversities Sport Committee, gestores del evento, rindió los frutos esperados. Aunque ya se habían realizado 6 ediciones pasadas, los estudiantes notaron una evolución positiva en cuanto a la organización del 7th Campeonato Mundial Interuniversitario. “Creo que, en comparación con los últimos años, la organización mejoró mucho en el tiempo de los juegos (comenzaron todos a tiempo) y en las animaciones (especialmente la entrega de premios). Creo que realmente se superaron. El único punto de mejora que recomendaría es la instalación de transporte, como pueden ser autobuses que cubran la ruta entre los diferentes complejos deportivos.”
Las conclusiones fueron muy positivas, tanto para los organizadores como para los participantes. Se había generado una gran expectativa en cuanto al evento y este cumplió a cabalidad. La competencia deportiva siempre estuvo en la cabeza de todos, es decir, aquí llegaron las delegaciones con el objetivo de ganar. Pero más allá de la victoria, todos aprovecharon el viaje para disfrutar y dejar esta experiencia como un evento trascendental para sus vidas.
“Las expectativas eran divertirse, hacerlo bien en los juegos y aprovecharlos al máximo. Obviamente estábamos aquí para intentar ganar, pero no sabíamos a qué nivel de competencia nos íbamos a enfrentar. Así que nuestro principal objetivo era, con victoria o sin ella, pasarlo bien y disfrutarlo todo.”
Testimonio de Capucine Collache para Sport Society sobre su participación en la 7th edición del Campeonato Mundial Interuniversitario disputado en Barcelona, España.
Comments